Bélgica

¿Cómo entrar en el paraíso con una llave de palabras? Toda significación dará cuenta del abismo. Es preciso negarse a la conciencia para  entrar. Aquél es el lugar  de la inocencia. Para volver a ella, el lugar demanda un sacrificio. El sacrificio del , ese aluvión de repeticiones, el cúmulo de pliegues desde el que damos por conocido todo cuanto somos.

Chantal Maillard

Eichmann en Jerusalén

La abundante literatura existente sobre este tema suele basar sus razonamientos en el significado, comúnmente equívoco, de la palabra "ley", que en este contexto significa, a veces, la ley común - es decir, la ley promulgada y positiva -, y, otras veces, la ley que según se dice está grabada por igual en el corazón de todos los hombres. Sin embargo, desde un punto de vista práctico, para poder desobedecer una orden es necesario que esta sea "manifiestamente ilegal", y la ilegalidad debe "flamear" como una bandera negra en estas órdenes, como un aviso que rece ¡Prohibido!, tal como la sentencia hizo constar. (...) Recurrir a la inequívoca voz de la conciencia o, dicho sea en el lenguaje todavía más vago que emplean los juristas, al "general sentimiento de humanidad", no solo constituye una petición de principio, sino que significa rehusar conscientemente a enfrentarse con el más básico fenómeno moral, jurídico  político de nuestro siglo.

Hannah Arendt

Preferiría no hacerlo (Bartleby o de la contingencia)

Lo que aparece en el umbral entre el ser y el no ser, entre lo sensible y lo inteligible, entre la palabra y la cosa, no es el abismo incoloro de la nada, sino el atisbo luminoso de lo posible. Poder significa: no poder no negar.

Giorgio Agamben

La herida en la lengua


La piel del brazo
el roce
Abrázame le digo dice
ella
pero no hay otro
movimiento
que el de la caída
 me pregunto cómo
si ella más abajo o si o
más arriba
o su brazo y no hay tiempo
salvo para caer
el edificio a un lado
porque de espaldas no
de espaldas es el suelo
y el suelo es el miedo

Abrázame le dice
pero es
tan larga la caída


Chantal Maillard

La herida en la lengua

Para sobrevivir, cualquier animal embiste las paredes de su celda, atraviesa continentes, camina hasta extenuarse, desplaza a otros, se defiende y mata. Ninguno, sin embargo, esclaviza a otro por provecho o diversión, ninguno encarcela a otro para contemplar las piruetas que da tratando de hallar salida. La crueldad no son las fauces del tigre en el cuello de una gacela, no, la crueldad es moral, y la moral es humana. La estupidez también.

Chantal Maillard