Siendo así que lo perdido por nosotros no tiene más realidad que la que le otorga nuestro deseo de mantener a la vaca, a la pastorcilla, etcétera, como si fueran reales dentro de nuestra existencia, es evidente que los artistas "realistas", sin saberlo, no hacen sino mantener la ficción de que hay vacas, pastorcillas y etcétera. No sólo hacen exactamente lo mismo que todos los demás artistas hacen, sino que encima ignoran que lo hacen.
Ahora bien, esta ficción impulsada por el deseo (que haya mar, por favor, que haya estrellas y crepúsculos, que haya cerezas y vino, y cuerpos gloriosos en inteligencias finas, y tías, naturalmente, e incluso hostias) es irreal, sin la menor duda, pero es verdadera.
Félix de Azúa