A veces entreveo en algún gesto
a quien no eres aún, y me da vértigo
sorpender a mi lado a la mujer
que algún día serás, dulce muchacha.
Da vértigo aprender qué pasa, el tiempo
(mañana no vendrá la que hoy te fuiste)
se evapora y los besos que no te atreves
como versos que olvidas anotar.
Da vértigo pensar en si te quiero
como ahora, o si quiero a esa mujer
que asmoa en tu mirada, en si me asusta
entenderte aún mas lejos, transformada
en alguien que no entiende a este muchacho
que no habla y se asusta cuando mira,
Rodrigo Olay
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